
En este libro, quizá uno de los mejores de Auster, David Zimmer bucea en el pasado para buscar a un cómico del cine mudo sobre el que está escribiendo una novela. Va a encontrar a su cómico, pero con él, en su casa alejada del mundo, encontrará muchas otras cosas. Como el amor. Auster crea un prodigioso clima en esta novela, que se lee casi de un tirón gracias a la intriga de la trama. No es una novela densa, es fácil de leer, y a diferencia de otras suyas, deja una sensación luminosa, no esa pesada oscuridad que en otras ocasiones invade la obra del neoyorquino. Es difícil no dejarse atrapar por la historia, no sentir que estás intentando luchar con Zimmer para conseguir lo que desea.
Auster se convirtió tras ganar el Príncipe de Asturias en un escritor de masas. Mi mejor recomendación para acercarse a él es hacerlo de forma cronológica. Es más fácil comprender al autor si se leen antes sus primeras obras y se llega a sus obras de madurez poco a poco. Es sólo un consejo, evidentemente. Quien lea esta obra y vuelva atrás puede que no encuentre lo que busca, sólo eso. Auster nunca es el mismo escritor, en cada obra nos ha dejado algo diferente: y esta es, para mí. una de sus grandes cualidades, que nunca es el mismo pero siempre está.