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El conde de Montecristo (1846). Alexandre Dumas
Leí el otro día en una entrevista a la escritora Zadie Smith que las obras que marcarán el resto de tu vida son las que lees entre los 10 y los 14 años. Y puede que tenga razón. En esa etapa yo leí El retrato de Dorian Gray. Y leí El conde de Montecristo. En plena adolescencia, el folletín por antonomasia de Dumas, con permiso de Los tres mosqueteros, no pasa desapercibido. En realidad, Dumas se basaba siempre en los buenos y los malos, llenaba de tragedia la existencia de los buenos, te hacía sufrir con ellos y de golpe…