Rojo y negro (1830). Stendhal

Julien Sorel no me gusta. De hecho, dudo que a nadie pueda gustarle uno de los personajes más oscuros de Stendhal, del que nos hace un retrato despojado de compasión en el que desnuda sin piedad todo lo que él consideraba fallido en la sociedad de la época que le tocó vivir. A diferencia del vacío Fabrizio de La cartuja de Parma, tan lleno sin embargo de encanto que es imposible no sucumbir a su seductora personalidad, Sorel se nos presenta desde las primeras líneas de Rojo y negro como alguien oscuro, insincero - consigo mismo y con los demás…