A Hortensia su marido, Felipe, la llama Tensi. La última vez que la vio, en el monte, ella quiso besarle y a él le dio vergüenza, allí, rodeados de guerrilleros. Siempre lamentará haberle dado un beso tan corto. Porque Hortensia será detenida aquel día y entrará en la prisión de Ventas, donde vivirá su embarazo y después será ejecutada. Pepita, su hermana, no soporta la política, siente pánico a hacer de recadera de Tensi y de Felipe, pero será en uno de esos viajes cuando conozca a El Chaqueta Negra, al que esperará durante décadas, primero a que vuelva del exilio, después a que salga de la cárcel. Entre ellos, los personajes, late la realidad de una etapa histórica en la que, una vez más, las mujeres fueron las grandes olvidadas. Porque se habla de la Guerra Civil, de los maquis, de los comunistas, de los exiliados, de los perdedores. Pero nadie recuerda a las perdedoras. A las mujeres que arriesgaron todo por la República. Y Dulce Chacón les devolvió la voz antes de morir víctima de un cáncer. Es esta una novela hermosa, en la que la narradora pone voz a las mujeres a las que describe, adaptándose a sus pensamientos, a sus temores, sintiéndose ellas por completo. Da igual que uno sea de izquierdas o de derechas, la historia de esas mujeres rezuma tristeza, no ideología. Una novela luminosa, a pesar de la tristeza encerrada en sus páginas.
Biografía de la autora: Dulce Chacón nació en Zafra, Badajoz, en 1954. A los once años pierde a su padre, el poeta y alcalde de Zafra Antonio Chacón, y un año después se traslada con su familia a Madrid, estableciendo allí su residencia definitiva. Empieza a escribir muy joven, pero hasta 1992 no publica su primer libro de poesía. Su incursión en el género biográfico se hace con la obra Matadora, que retrata la vida de la torera Cristina Sánchez. Nacida en una familia aristócrata y conservadora, Dulce Chacón se revela una escritora socialmente comprometida con los más débiles. Su primera novela, Algún amor que no mate, que trata el tema de los malos tratos en la pareja, fue adaptada al teatro por la propia autora y dirigida por Eduardo Vasco en 2002. Dulce Chacón fallece en Brunete en 2003, a los cuarenta y nueve años, víctima de cáncer.
Muy buena novela. Triste, cruda pero real. Lástima que Dulce Chacón muriera a tan temprana edad.>>Un abrazo
me encantó esta novela. me han recomendado una sobre el mismo tema de ángeles caso, olvidé el nombre, ¿te la has leído?
supongo que se tratará de «Un largo silencio»>No la he léido, no puedo opinar.
ese es, exacto!
Recién leída, me parece deslumbrante y terrible. Ya sabes que compartimos pasión republicana, y en » La voz dormida» la sensación de derrota es insoportable, es imposible no sentir como propios los logros de la Niña Bonita y, en consecuencia, su caída con todas las implicaciones – intrahistóricas en este caso-.>Me temo que no comparto la devoción por Caso y, quizás por eso,» El largo silencio» me pareció floja; la historia de las Vega me parece llena de tópicos y lugares demasiado comunes. Lo siento, pero es así.
gracias por el apunte sobre la novela de caso, jove. me la recomendó encarecidamente la misma amiga que me regaló la de chacón, y aunque a mí caso no me gusta (sus artículos nunca me dicen nada), me insistió en que me gustaría, aunque aclaró que la de dulce chacón es mejor.>>como tengo tanta lectura atrasada, prescindiré sin remordimientos de El largo silencio, ja ja ja >>ps.. qué bien que hayas vuelto por aquí!
Ainss, es qué no llego a todo, pero te leo siempre. Nunca dejaré de hacerlo, ni siquiera cuando seas redactora-jefa de Política en El País.
«LA voz dormida» es el único libro que he leído con una caja de pañuelos al lado. No podía parar de llorar. 🙁
es un libro precioso, verdad?