«Idaho» (2017). Emily Ruskovich
Es esta una novela increíble, en la que la brutalidad que origina la historia pasa a segundo plano gracias a la prodigiosa prosa de Ruskovich. Es tan hermoso su estilo narrativo que intentar entender el hecho, terrible, que centra la novela, deja de ser el objetivo de quien lee: nos cuesta unas cuantas páginas, claro, pero, poco a poco, lo que hizo Jenny no es tan relevante por los motivos como por lo que causó. Ann, la segunda esposa de Wade, sentada en la camioneta donde murió la niña, intenta entenderlo, pero seguiremos su viaje en busca de explicaciones dejando, como ella, de sentir la necesidad de encontrarlas: acercarnos a Jenny es un ejercicio de reflexión, de introspección, y cuando terminamos la novela no sentimos vacío, sino una sensación de que todo está completo, que todo es como tiene que ser. ¿Por qué hizo Jenny lo que hizo? Como dice Wade, su exmarido, “No fue un accidente y tampoco lo hizo a propósito. Fue simplemente algo que ocurrió”. Y esta resignación define la novela. Porque Idaho habla de redención, de aprender a seguir adelante… y de amor, sobre todo de amor.