Las benévolas (2006). Jonathan Littell
Muertos alemanes 3 millones
Subtotal (guerra del Este) 23 millones
Endlösung 5,1 millones
Total 26,6 millones. No hay que olvidar que 1,5 millones de judíos se contaron también como muertos soviéticos («Ciudadanos soviéticos muertos por el invasor fascista», como indica de forma tan discreta el extraordinario monumento de Kiev)
26,6 millones de personas muertas en una sola guerra. Para llegar a semejante cifra no era suficiente con seguir a un visionario: había que estar rematadamente loco. Y esto es, precisamente, lo que el personaje de Littell desmonta. Nos presenta al típico nazi (demasiado típico, de hecho, como si hubiese bebido de todas las fuentes de nuestro imaginario), cultísimo, amante del arte, de la música… y fríamente eficaz.. Si algo hace bien Littell al trazar el personaje es mostrar cómo se convierte en un ser despiadado lentamente. Cómo comienza siendo un oficial SS que .se cuestiona interiormente el trato que se da a los judíos antes de matarlos (ojo, pero sin cuestionar en absoluto que tengan que morir) para terminar envuelto en una orgía de sangre que afectará incluso a su familia y amigos. Y es aquí precisamente donde surge mi duda: ¿Era Aue un psicópata o se convierte en un despiadado asesino impulsado por el mundo en llamas que le rodeaba? Porque este es para mí el quid de todo. Porque si todos podríamos ser Aue, el panorama es desolador.
Hay un momento, más o menos hacia la mitad de la novela, en que Aue valora con otros oficiales de otros cuerpos nazis el modo de mantener más tiempo con vida a los judíos de los campos de concentración. Negocian las calorías que necesita un hombre normal para trabajar, algo más de 2000, y Aue discute con sus compañeros porque sólo a él parece preocuparle que esa mano de obra (nunca los consideran personas) se mantenga con vida. En ese instante, me obligué a apartar la mirada del libro. Hasta yo corría el riesgo de olvidar que hablaban de personas. Quiero decir que Littell utiliza la ingente cantidad de páginas para «anestesiar» al lector, meterle en su mundo de horror y, por decirlo de algún modo, intenta acostumbrarle al pavoroso mundo nazi. Pero, y creo que ahí estriba la diferencia entre los asesinos y nosotros, en ningún momento puedes dejar de leer esta novela sin sentir pavor. Pavor porque un ser humano pueda ejecutar órdenes como aquellas sin cuestionarlas. Pavor porque un ser humano vea morir a miles de personas ante sus ojos sin pensar siquiera que es un error. Esto es para mí lo mejor de este libro, su capacidad asombrosa de transportarte a esos años tenebrosos, a aquella orgía de violencia, con una frialdad tan asombrosa.
Sería injusto no reconocer a Littell su maestría a la hora de documentarse. Este libro es una auténtica lección de Historia. Pero precisamente por ello no termina de parecerme una obra maestra. Da la impresión de que el autor tenía tantos datos que tenía que colocarlos todos en la novela. El personaje de Aue por momentos se hace demasiado forzado, como si hubiese intentado resumir en una sola persona todas las locuras del régimen nazi, escogiendo sin embargo a un oficial aparentemente poco sanguinario. Aue nunca busca la simpatía del lector. Es crudo al exponer sus actos, nunca los justifica, de hecho los vomita con crudeza, casi con chulería. Pero no logra evitar mostrarse como un hombre que a medida que la novela avanza se desnuda para el lector, hasta mostrar su verdadera naturaleza. La del monstruo que en realidad es.
Biografía del autor (Wikipedia): Jonatahn Littell nació en 1960 en una familia de origen judío emigrada desde Polonia a EEUU a finales del siglo XIX. Su padre es el escritor Robert Littell. Hoy en día reside en Barcelona. Su infancia transcurrió en Francia, y sólo dejó este país para ingresar en la Universidad de Yale tras concluir sus estudios de bachillerato en 1985. A pesar de que su familia no viviera de modo directo el destino que tuvieron los judíos en Europa, Jonathan Littell creció con esta historia, que se convirtió en el tema central de su primera obra. Marcado durante su infancia por la guerra de Vietnam, se trasladó, después de haber pasado tres años en Yale, a los Balcanes, que en ese momento están en guerra. Se dedica a acciones humanitarias en el seno de la ONG Acción contra el hambre en la que trabajó durante siete años, particularmente en Bosnia-Herzegovina, pero también en otros muchos lugares del mundo como Chechenia, Afganistán, el Congo e incluso Moscú. En 2001, decide cesar en su labor humanitaria y se dedica de lleno a escribir su primera novela, Las Benévolas («Les Bienveillantes«), un amplio e impresionante fresco sobre la Segunda Guerra Mundial y el Frente del Este, que adopta la forma de las memorias imaginarias de un culto oficial de las SS llamado Maximilien Aue. El libro ganó el premio Goncourt de 2006, y ha sido y sigue siendo un gran (y polémico) acontecimiento literario. Propuesto a cuatro editores francesesdistintos a través de un agente literario británico, el manuscrito fue rechazado por Calman-Lévy, y aceptado por Gallimard incluso antes de que los otros dos hubieran contestado. Uno de los hilos conductores del libro es el mito de Orestes, de ahí el título: Las Benévolas, que se mencionan además de forma explícita en la última línea del libro,en la frase: «Las Benévolas habían dado con mi rastro.», Las Benévolas son las Euménides -que dan título a la obra de Esquilo-, la otra cara de las Erinias, o las Furias, que en la Antigüedad perseguían a los criminales. Se las nombra en el título y en la última frase, pero aparecen durante buena parte del libro encarnadas en Clemens y Weser, los dos policías de la Kripo que persiguen tenazmente a Max Aue. Su anterior y única obra, Bad Voltage, apareció en 1989 en la editorial Signet Book. Aparecen en este libro muchas referencias a Francia y a autores como Jean Genet y Charles Baudelaire, así como a la ciudad de París. Además, habla en varias ocasiones de las canteras y catacumbas de París. Jonathan Littell, que en el momento de escribir esa novela contaba sólo con 22 años escribió un ensayo de ciencia-ficción que se desarrollaba en el universo Cyberpunk. También publicó en 2006 un largo y detallado informe acerca de los Servicios Secretos de la Federación Rusa entre 1991 y 2005 (The Security Organs of the Russian Federation – A Brief History 1991-2005) disponible gratuitamente (en inglés) en Internet.
Me lo compré pero lo regalé antes de leerlo, estaba lejos, muy lejos y mi equipaje ya pesaba más que de sobra por otros libros. Éste lo había comprado como refugio español en país extranjero y finalmente se convirtió en un regalo inesperado. >>Tendré que comprarlo de nuevo.
Ay, qué ganas tenía de que actualizaras por aquí. Me parecía que tardabas, pero claro, el pedazo de libro que te acabas de leer lo explica todo.>>Es una de mis últimas adquisiciones, pero aún no lo he leído, así que no puedo comentar. Cuando caiga, vuelvo por aquí.>>😉
Creo que lo comprare, es que ya estoy cansado de leer del Holocausto y de la Guerra Mundial, se que sueno mal, patetico y sin sentimientos, pero es que ya han publicado tanto libros de este tema, sin contar las peliculas, que me tienen saturado…
Si fue por esta novela por la que dejaste a Primo Levi, vaaaaaaaaaale. Sí, lo que cuenta es brutal, y a mí nunca llega a saturarme este tema, mientras todo lo se cuente sea descarnadamente verídico, me duele, me entristece, pero no llega a saturarme, es más deberíamos estar más concienciados aún con estas masacres
tane, ¡no me extraña que lo dejases, es un tremendo tocho! gracias por la visita.>>blasfuemia, es que me ha llevado mes y medio leerlo, ¡es como una biblia! pero mereció la pena, aunque no fue como esperaba, recomiendo encarecidamente su lectura.>>lovesick, primo levi es maravilloso, desde luego como escritor bastante mejor que littell. pero me gustó mucho de esta novela cambiar el enfoque, presentarnos a los malos. sus vidas, sus pensamientos, no sé… ver cómo actuaban, la frialdad… Si te gustan los datos, en este libro vas a flipar, confieso que me he perdido en muchísimas ocasiones. >>>gracias a todos por comentar!>>La mujer justa
winfried, que te dejaba fuera! bueno, si no te gusta el tema nazi olvida esta novela, claro. aunque te aseguro que es distinto, es una novela que muestra al nazi, sin concesiones.
Necesitaba escuchar una opinión de esta novela. Todavía no había hablado con nadie que la leyera. Por una parte me apatece, pero por otra, el número de páginas y el tema (ojo!!! no soy insensible al tema, pero me pasa con a algún otro blogger). >Y es cierto ya echábamos de menos tus comentarios>Saludos
natalia book, sinceramente, si el tema no te apasiona de verdad no leas las benévolas! ya sé que tardaba en actualizar pero es que este libro me llevó muchísimo tiempo!
Desee si hubieras tenido el kindle lo hubieras leido a mitad de tiempo..!! :0)
Vaya blog interesante… qué buen descubrimiento en vísperas de nochebuena. Llegué aquí por mi amiga Ad Libitum, movida por el título del libro que me tiene atrapada desde hace días: La mujer justa. Encuentro en tus palabras el reflejo de muchos de mis pensamientos, lo cual garantiza mi regreso. Las Benévolas es uno de esos libros que deben leerse, pero que dan mucho miedo…tanto por el tema como por la longitud. Me alegro que lo hayas comentado para bajarlo considerablemente en mi lista de futuras lecturas. >Gracias!
Voy por la página 256, así que he preferido no leerme tu entrada enterita. Lo haré cuando acabe la novela.>De momento me está gustando pero sin alardes. Ya veremos a medida que me hunda hasta las ingles, porque dura es un rato.>Ya te contaré.>Besitos/azos.
Ven a Madrid y pídele a tus conocidos que te sigan. Necesitamos familias numerosas para decirle a ZP que estamos abiertos a la vida. No queremos abortos. Queremos hijos. Muchos niños. Todos los que Dios nos envíe.>>Saludos cordiales y un año muy próspero en dinero
Me quedan ochenta páginas para acabarla. Tu crítica es acertada y elocuente. He sentido sensaciones similares a las tuyas. Sobre todo esa anestesia ante el dolor humano que implica. Te sumerges en el personaje, en su historia, en sus conflictos sexuales, en su cotidianidad y terminas por relativizar ese mundo monstruoso que es su fondo. Parece que el aniquilamiento de los judíos era algo necesario y natural, una vez despojados de su condición humana. En este sentido, este libro complementa la visión de Primo Levi en Si esto es un hombre. Creo que la tesis del libro tiene mucho de cierto. Dadas aquellas circunstancias, era muy difícil, si no casi imposible, escapar a la espiral de horror que se desató. Pensemos en el caso de Günter Grass que perteneció a las SS durante unos meses. Era muy difícil ser alemán y ario, pertenecer al Völk y no ser partícipe de aquella orgía de la que había más conocedores de lo que se nos quiere hacer creer. El caso de Helene es explícito. Él, en medio de un ataque de fiebre, le confiesa lo que están haciendo con los judíos. Parece tener conciencia moral. Helene le escucha pero no siente horror hacia él. Es mayor su atracción por él como hombre y su pertenencia al mismo pueblo. Tengo la impresión de que el exterminio de los judíos sirvió como crimen colectivo del que todos en mayor o menor medida participaron. Todos fueron colaboradores en el horror. De ahí, el intenso sentimiento de culpa de los alemanes cuando despertaron de aquel sueño nacional socialista. Las benévolas me ha servido para comprender mejor ese sueño espantoso. Me asombra que en una decena de años, un hombre y un partido pudieran poner en marcha una pesadilla como aquella que implicó a millones de alemanes cultos y sensibles. El otro día en Barcelona un amigo y yo en las Ramblas nos enfrentamos a dos policías municipales que pretendían retirar una inocente pancarta que un jubilado había atado entre dos árboles planteando algunas dudas sobre la discriminación entre los años cotizados por los diputados y los ciudadanos normales. Cuando espeté a los guardias que aquello no era justo sentía miedo ante el poder que representaban. Aquello me llevó a pensar en el aplastamiento que pudo haber sido vivir la Alemania nazi y el terror que podía provocar enfrentarte al Estado,a la Gestapo… Era tan fácil sucumbir a la fascinación del Völk… Claro que hubo alemanes que disintieron y se exilaron. Estos los ponen en evidencia. Sin embargo, el libro de Littell -pavoroso por la complejidad humana del protagonista- nos muestra que hubo un tiempo en que todos o casi todos participaron de aquella vorágine. Leyéndolo a veces olvidaba su trasfondo. Ese es quizás su mayor logro literario, pero que te deja, en consecuencia, un persistente mal sabor de boca. La documentación histórica es portentosa, quizás tu crítica es justa sobre ello. Me apresto a leer las páginas que me quedan. He enlazado tu página. Quiero seguirte como crítica literaria, Un cordial saludo.
laurabaires, bienvenida! me encanta que este blog se vaya llenando de lectores! >>winfried, ese kindle va a cambiar nuestra forma de leer jajajajajajaj>>querido joselu, ¡gracias! por fin puedo comentar con alguien las benévolas. Espero impaciente a que MAriano termine la novela para que nos dé su opinión, pero veo que tú y yo, esencialmente, hemos coincidido en la valoración. Como bien decías ayer en mi otro blog, yo le hubiese restado unas 300 páginas a la novela, creo que es excesiva, pero quizá lo que littell buscaba, precisamente, era anestesiarnos, ¿verdad? y para eso necesitaba cientos de páginas. en fin, una lectura más que recomendable, pero para quienes no tengan ganas de emprenderla, quizá empezar por primo levi sea suficiente. Si esto es un hombre es un estremecedor testimonio, despojado de sentimentalismos y con una racionalidad luminosa! Bicos.
Vaya, estaba deseando encontrar alguna crítica a Las Benévolas y la encontré. Llevo unas cuatrocientas páginas y ya no puedo más, no consigo anestesiarme y la violencia me inunda, me provoca una desazón que me obliga a dejar este libro a la mitad, es de los pocos que no terminaré, pero es que tampoco la cuestión es sufrir leyendo.>No es un libro fácil, pero no me importaría si no contuviera esa cantidad de bestialidad real como la vida misma. Me engancharon las primeras páginas porque la cuestión moral que planteaba me hizo pensar y ´me enganchó, pero no puedo seguir. Ahí se queda, en la estantería, quizá esperando tiempos mejores o quizá olvidado para siempre.
marcela, es una pena que no lo termines. es cierto que la carga de violencia es exagerada… pero al final la lectura te deja muchísimas reflexiones. ayer vi una peli de verhoeven, el libro negro, y seguí reflexionando sobre este tema: eran todos los nazis tan malos y todos los demás tan buenos? no, desde luego. pero comprobar cómo un pueblo se deja llevar sin cuestionarse nada… el ejemplo de Helene, del que habla joselu, es extremadamente revelador: sospecha que mujeres y niños judíos son exterminados, pero sigue intentando acostarse con él, le resulta indiferente que él, un oficial de la SD, esté en medio de ese pavor… en fin, es una novela desgarradora dada su crudeza. un bico y gracias por comentar.
Vengo de leer la reseña de Joselu y me encuentro con otra igual de deslumbrante. Tengo pendiente la lectura de este libro, y aunque me cueste sudor y lágrimas, por lo de la violencia extrema, lo leeré. Me parece un tema apasionante porque se ha repetido muchas veces a lo largo de la historia, la dualidad del verdugo-torturador, el salvajismo al que puede llegar el ser humano justificándolo en aras al bien del Estado. Es un tema para reflexionar.>>Por cierto, me gustó la película de El libro negro. Tiene escenas terribles (la de la humillación de ella bañada literalmente en excrementos), y también da mucho que pensar. Las personas con apariencia más solidaria pueden guardar un fondo oscuro. Nunca sabremos bien de quién podemos fiarnos en tiempos de guerra o en una dictadura. >>Un saludo
a mí también me gustó mucho el libro negro, elena. me pareció una peli como un juego de espejos, nunca sabías a ciencia cierta quién era el más cabrón, verdad?
He leído el libro, que no es especialmente bueno, pero me ha helado la sangre igual que a tí. Nunca seré capaz de sobreponerme a determinadas cosas, y si algo me cuesta es aceptar que los asesinos de las SS tenían un ápice de normalidad.>Y podríamos hablar de los miitares argentinos, de los barbouzes franceses o de los tíos de Al- Qaeda.>No me pareció, como te he dicho, un gran libro, pero es una lectura obligatoria dónde las haya.
jove, como habrás visto en el debate a los que los hemos leído nos ha pasado igual que a ti: no nos parece una novela excepcional, pero recomendamos leerla. es extraño. creo que, de todos modos, venir precedida de tanta expectación no la ha beneficiado, quizá esperábamos algo más… pero, sin duda, yo también creo que es una novela que merece la pena leer.
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Bueno, pues a pesar de que la opinión más generalizada en el blog es que no es una novela excepcional, pero que es -prácticamente- de lectura obligatoria, yo discrepo. Me parece excepcional, en el sentido más estricto de la palabra, que según mi amiga María Moliner vendría a ser «lo que constituye una excepción u ocurre rara vez». Y yo creo que rara vez convive la vergüenza ajena, la animadversión y el desprecio por un personaje y su entorno con a una cierta conmiseración por él. Que el lector descubra esta dualidad en sí mismo creo que es parte de la intención de la novela, y por eso deja ese regusto amargo al final.>De difícil lectura, a veces densa y abrumadora, no cabe duda de que el estilo es impecable. Tiene ciertamente mucho mérito escribir cinco, diez páginas, sin un solo punto y aparte, porque hay que ser un maestro de la puntuación. De nuevo impecable y yo me quito el sombrero ante cualquier maestría que no posea yo misma (lo cual me obliga a no llevar sombrero para ahorrarme tiempo…).>Eso sí, que nadie se sienta obligado a leerla, por favor.
bridget, lamento discrepar contigo. en mi humilde opinión, Littel es un buen escritor, pero no un escritor excepcional, quizá por eso no me lo ha parecido la novela. pero la lectura es tan subjetiva como cada lector. si me parece obligado leer esta novela es por su trama, no por su calidad literaria. en ese sentido, me parece mucho más excepcional la de primo levi, si esto es un hombre, al menos narrativamente. así que sí, insisto, a todos aquellos a quienes gusta leer le recomiendo leer esta novela, porque nos obliga a enfrentarnos a nosotros mismos. un bico!
Me ha ocurrido como a Marcela. Lo he tenido que dejar, reposando en la estantería. Ya llegarán tiempos en que me sentiré con ánimos para leerlo.>>Me ha encantado tu blog.>>Abrazos.
Me ha parecido demasiado fuerte, ciertas escenas son francamente desagradables.
Hola! Estoy leyendo el libro, ayer leí las primeras hojas y ya me entusiasmo…veremos como sigue.
Sugiero, no sé si lo has leído: «La Noche quedó atrás» de Jan Valtin.
Un texto, para mi fascinante sobre la derrota de la revolución alemana del 19 y el ascenso y consolidación del nazismo.
Desde Argentina, saludos.
Damián
Anoche no podía dormir, y comencé a escuchar la radio Beethoven de Chile, donde el locutor leyó un fragmento de esta novela. Me interesó, así que buscando algo al respecto llegué a este blog gracias a San Google. Muy interesante comentario sobre la novela: me tienta averiguar si efectivamente una novela puede lograr el efecto de insensibilizarnos tanto como dices, lo que podría darme luces de cómo los seres humanos pueden llegar a ser fuente de tanto horror.
Pero hay miles de cosas que quisiera leer. Diez vidas no me alcanzarían. Y hay muchos otros libros que están en lista de espera, así que quién sabe si llegue a leer esta novela.
hay muchos otros libros mejores que leer antes que este, cristóbal, pero, si lo lees finalmente, no dejes de contarme qué te parece! 🙂
Llegue aquí por casualidad. Al empezar a leer HHhH de Laurent Binet, recordé Las Benévolas, que lei hace 2 o 3 años, y busqué algunas críticas. No tengo ninguna formación literaria y solo me gusta leer. Aún varios años después recuerdo la impresión y el agobio al transitar por sus largas casi mil páginas. No se opinar sobre sus cualidades literarias, pero antes y después he leído muchos libros y pocos me han dejado impresiones tan duraderas como para revivir ante el estímulo apropiado. Como pone alguno de los comentarista previos el autor es capaz de hacerte sentir la humanidad de su casi monstruoso protagonista y por esa via, creo yo, sentir la monstruosidad latente en todos nosotros. Saberlo racionalmente no es lo mismo que sentirlo y eso es lo que logró el libro. No es poca cosa, me parece…
Llegue aquí por casualidad. Al empezar a leer HHhH de Laurent Binet, recordé Las Benévolas, que lei hace 2 o 3 años, y busqué algunas críticas. No tengo ninguna formación literaria y solo me gusta leer. Aún varios años después recuerdo la impresión y el agobio al transitar por sus largas casi mil páginas. No se opinar sobre sus cualidades literarias, pero antes y después he leído muchos libros y pocos me han dejado impresiones tan duraderas como para revivir ante el estímulo apropiado. Como pone alguno de los comentarista previos el autor es capaz de hacerte sentir la humanidad de su casi monstruoso protagonista y por esa via, creo yo, sentir la monstruosidad latente en todos nosotros. Saberlo racionalmente no es lo mismo que sentirlo y eso es lo que logró el libro. No es poca cosa, me parece…
Llegue aquí por casualidad. Al empezar a leer HHhH de Laurent Binet, recordé Las Benévolas, que lei hace 2 o 3 años, y busqué algunas críticas. No tengo ninguna formación literaria y solo me gusta leer. Aún varios años después recuerdo la impresión y el agobio al transitar por sus largas casi mil páginas. No se opinar sobre sus cualidades literarias, pero antes y después he leído muchos libros y pocos me han dejado impresiones tan duraderas como para revivir ante el estímulo apropiado. Como pone alguno de los comentarista previos el autor es capaz de hacerte sentir la humanidad de su casi monstruoso protagonista y por esa via, creo yo, sentir la monstruosidad latente en todos nosotros. Saberlo racionalmente no es lo mismo que sentirlo y eso es lo que logró el libro. No es poca cosa, me parece…
desde luego, no es poca cosa