Sauce ciego, mujer dormida (2008). Haruki Murakami
Murakami es un gran narrador, de eso no albergo dudas. Pero cuanta más obra suya leo más fuerte es la impresión de estar leyendo una y otra vez la misma novela. En esta compilación de relatos cortos la sensación se me ha hecho asfixiante. Soy una devoradora entusiasta de relatos cortos, uno de mis géneros favoritos, y si bien es cierto que casi todos los autores tienden a seguir un estilo, en el caso de Murakami me ha costado diferenciar entre ellos a los narradores de las distintas historias. Es decir, el primer relato me encantó. Al quinto estaba aburrida, a pesar de que Murakami es un excelente escritor, que mantiene el ritmo de la narración, tiene un vocabulario brillante y esa ensoñación tan característica de sus historias, que a veces resulta conmovedora. Pero quizá es demasiado fiel a una serie de líneas argumentales. Quienes haya leído Tokio blues encontrarán de nuevo en alguno de estos relatos la historia del suicidio del amigo y de la extraña relación que el narrador establece con su novia. Y la búsqueda de la puerta que abre el espacio y el tiempo de otra de las historias nos lleva hasta Kafka en la orilla. Salvando esta ligera pesadez argumental y narrativa, los relatos de Murakami son buenos, de eso no cabe duda. Pero yo, al menos agradecería un poco que sus obsesiones no fuesen tan repetitivas.
Biografía del autor: Haruki Murakami nació en Kioto en 1949, pero pasará la mayor parte de su juventud en la ciudad costera de Kobe. Sus padres, cultísimos, enseñaban literatura japonesa. Él estudió literatura y drama griego en la Universidad de Waseda, donde conoció a su esposa Yoko. Su primer trabajo fue en una tienda de discos. Antes de terminar sus estudios, Murakami abrió el bar de jazz «Peter Cat (Gato Pedro)» en Tokyo, que funcionó entre 1974 y 1982. En 1986, tras el tremendo éxito de su novela Norwegian Wood, abandonó Japón para vivir en Europa y América, pero regresó a Japón en 1995. Su ficción, según Wikipedia, «es tachada de literatura pop por las autoridades literarias japonesas, es humorística y surreal, y al mismo tiempo refleja la soledad y el ansia de amor en un modo que conmueve a lectores tanto orientales como occidentales».
¿Nno serán, quizás, estos cuentos los orígenes de aquellas novelas? He escuchado a numerosos escritores hablar de que los argumentos de sus novelas fueron, en un principio, cuentos que luego fueron transformándose. Me gusta mucho tu blog.
puede que tengas razón….a mí murakami me encanta, sobre todo su tono al escribir… pero de las 3 o 4 cosas que he leído de él no logro olvidar esa sensación de deja vu que me causaron…
Me encanta Murakami, de por cierto es mi escritor preferido. Y con respecto a tú opinión puedo coincidir en que sí, hay relatos que pueden aburrirte y otros que lleguen a fascinarte de modo tal que no lo puedes creer.
Tokio Blues me abrió la puerta a la fascinación por este autor.
Saludos.