La pulga de acero (1881). Nikolái Leskov
El irónico y cáustico sentido del humor que destila esta obra, escrita como un cuento ruso, es tan intenso que por momentos abruma. Leskov fue un escritor incomprendido a veces en su época, y leyendo La pulga de acero es fácil comprender las dudas de sus lectores, porque no se sabe en ningún momento si la aguda pluma de Leskov apunta a los rusos, a los extranjeros, o constantemente a ambos. Dado su carácter conservador, sus obras más críticas resultaron duras de digerir para sus coetáneos, pero lo cierto es que esta cortísima narración no tiene desperdicio. El tono, el lenguaje y el ritmo son magníficos, y sobre ellos planea una risa siempre insinuada que nunca termina de convertirse en abierta carcajada. No es necesario. Desde que el zar Alejando encuentra en Inglaterra la prodigiosa y minúscula máquina que da título a la obra hasta que el artesano ruso El Zurdo intenta mejorarla el surrealista argumento no deja de sorprender. Un clásico que merece la pena descubrir.
Biografía del autor (Wikipedia): Nikolái Semiónovich Leskóv (en ruso: Никола́й Семёнович Леско́в; Gorojovo, provincia de Orlov, Rusia central, 16 de febrero de 1831 – San Petersburgo, 1895) fue un escritor y periodista ruso. Nieto de un sacerdote ortodoxo ruso y sobrino de un cuáquero inglés, siempre se interesó por las cuestiones morales y religiosas y sostuvo puntos de vista de moralista ante cualquier cuestión. De familia noble y educado en buenos colegios, quedó huérfano a los 16 años y su herencia fue pasto de acreedores, de forma que tuvo que ganarse muy pronto la vida y no pudo realizar estudios universitarios. Trabajó como escribiente en el juzgado penal de su ciudad y luego como agente comercial en Kiev, a las órdenes de un tío político, en cuyo cometido viajó mucho por todo lo largo y ancho de Rusia y adquirió un conocimiento de primera mano del país y sus gentes; en sus últimos años, Leskov consideraría crucial este periodo en su desarrollo como escritor; también aprendió ucraniano y leyó mucho, filosofía y economía sobre todo. En 1853 se casó con Olga Smirnova, de la cual tendrá una hija y un hijo, Andrei, que será más tarde su biógrafo; al poco se separa de su mujer. En 1861 se trasladó a San Petersburgo y empezó a trabajar como periodista; Entre 1862 y 1863 viajó a Europa Oriental y Francia y vive con Katerina Bubnova desde 1865 hasta 1877. Ya en 1862 había publicado su primer relato de ficción, El bandido; a él seguirán sus novelas políticas Sin salidaEnemigos mortales como Acuchillado (1871) prosiguen este ataque a las doctrinas materialistas y a la pérdida de valores de la sociedad; por el contrario, Leskov prescribe a las crisis individuales y sociales el remedio del perfeccionamiento ético y social del individuo, del que vendrá el de la nación. Próximo al partido conservador, ensalza la vida patriarcal del clero ortodoxo en sus «Crónicas del pasado»: Gentes de la Iglesia, (1872); El ángel sellado (1873), donde además relata las curiosas peripecias de un icono confiscado. Bien mirado entonces por el poder establecido, obtuvo en 1874 un puesto en el Ministerio de Instrucción Pública y, poco después, otro en el de Hacienda. Pero la publicación en 1878 de Pequeños detalles de la vida episcopal, de corte satírico y anticlerical, le hizo perder sus cargos oficiales en el estado zarista; su estética ya se ha vuelto más crítica y así continúa ya hasta el final enApuntes de un desconocido (1884) o en el cuento Pequeña equivocación (1883). En sus últimos años, influido por el Espiritualismo en que va a parar parte del Realismo europeo, y por su máximo representante en Ruisa, León Tolstoy, alterna su crítica humorística y satírica con el ensalzamiento de la vida sencilla de los hombres del pueblo y de las figuras de religiosas del pasado. Así ofrece retratos del «varón justo» casi siempre perseguido pero dotado de virtudes cristianas, prototipo según el autor del carácter ruso ideal. Sus protagonistas de este ciclo proceden del pueblo, por lo general, y son tratados por el autor con gran simpatía y a veces con un exquisito humor: El peregrino encantado (1873), El inmortal Golován (1880), La pulga de acero (1881), Los varones interesantes (1885), Un hombre de guardia (1887), Los ingenieros incorruptibles (1888). Durante los años 80, Leskov, en su afán de reforma moral evangélica y de humildad cristiana, inicia un ciclo nuevo, basado en las vidas de los santos de las leyendas bizantinas: El juglar Pamfalón (1887) y La hermosa Aza (1888), entre otras. Por otra parte, sus denuncias de los graves defectos del sistema zarista son tan virulentas que la policía secuestra y quema sus obras, como Gracia administrativa (escrita en 1893 y publicada en 1934) o Madriguera lebruna (escr. 1894, publ. 1917). Son satíricas también Alegría y tristeza (1871) y El sinvergüenza (1877), entre otras.
No lo conocía. ¡cuántas cosas, cuántas lecturas nos perdemos!
me pasa lo mismo, elèna!
Hace tiempo que ví este libro. En su momento no lo apunté para leerlo, y tu comentario me lo ha recordado. ¡Gracias!
Ni idea de este libro ni del autor. Como dice elena, cuantas cosas nos perdemos, pero eso es inevitable. >Saludos
pues seguro que no os decepciona!
Sonrisa blanca con olor 😀
confieso que no lo conosco, si mucho de Dostoiesky y algo de Tolstoi, pero nada de Leskov, pasa tambien que la vida es tan corta y hay tanto para leer que no me va a alcanzar…
Es una obra realmente muy lograda y, al menos la edición que leí yo, tenía una brillante traducción en la que se intentaba emular el lenguaje del autor y las palabras (o palabros) que éste inventaba. >>Un saludo.
gww, sí, mi edición también es muy buena. me sorprendió mucho porque no conocía a leskov, pero la verdad es que merece la pena
Un libro estupendo, toda una sorpresa de este pequeño librito. >>Saludos.
si, una auténtica sorpresa, verdad? gracias por la visita!