Saga «Blackwater» (1983). Michael McDowell.
La saga Blackwater y su estilo gótico, refinado y asfixiante, envuelve al lector lentamente, hasta trasladarlo a ese mundo de ficción en el que reina Elinor. ¡Qué personaje! Gracias a la editorial Blackie Books, esta saga de los 80 ha revivido, y, con ella, su autor, Michael McDowell, un maestro de ese estilo llamado gótico sureño que surgió en el sur de Estados Unidos a finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
En Blackwater no hay vísceras, ni sangre, ni muertes truculentas: ¡esto es gótico, señor@s! El miedo sobrevuela cada línea, pero nunca llega a atravesarla del todo. Sabemos que Elinor no es como los demás, pero no tenemos claro si eso es algo bueno o algo malo hasta que algunos eventos desconcertantes nos quitan la venda de los ojos y asumimos que, por mucho que nos guste, Elinor tiene un lado oscuro MUY perturbador.
La historia nos lleva de viaje con la familia Caskey a lo largo de los años, desde La riada que anega su pueblo y marca la llegada de Elinor hasta un final perfecto que cierra el círculo de los dos ríos que, junto a los Caskey, son los protagonistas de las novelas. El terrateniente Oscar Caskey navega entre los edificios con uno de sus criados en una balsa y encuentra a la misteriosa mujer en el hotel de la localidad. Según les cuenta, había llegado para trabajar como maestra cuando la inundación la sorprendió, y, aunque su historia hace aguas, nunca mejor dicho, por todos los lados, su magnetismo consigue anegar los agujeros. Solo la madre de Oscar, Mary-Love, decide no sucumbir y odiar a Elinor, aunque no tenga motivos para ello.
Durante 50 años seguimos la historia de los Caskey y sus vecinos. Los tejemanejes de Mary-Love para dominar a sus dos hijos y lo que tanta presión provoca en ellos. La apacible presencia del tío. La costumbre de «regalar» hijos que parece convertirse en tradición entre los Caskey… Las insólitas relaciones de esta familia nos van atrapando hasta convertirnos en sus rendidos admiradores. ¡No tenemos otra opción! ¡Este peculiar matriarcado nos absorbe y las seis cortas novelas se devoran sin remedio!