«La quinta ola» (2013). Rick Yancey.
La quinta ola es la primera parte de una trilogía distópica dirigida al público juvenil que se convirtió pronto en un fenómeno, primero en el país de su autor, USA, y después en el resto del mundo. A diferencia de Los juegos del hambre, con un buen planteamiento pero un nivel narrativo horrible, Yancey no toma por estúpidos a sus jóvenes lectores y ofrece una novela con pulso, con esa prosa tan propia de Stephen King, cortante, mordaz, ágil e hipnótica.
La saga tiene varios protagonistas, pero la más destacada es Casiopea, Cassie, una adolescente de 16 años que ve cómo su mundo se desmorona de repente cuando los extraterrestres llegan a la Tierra. Lejos de intentar convivir con los humanos, lanzan varias olas de ataques para exterminarlos. Primero cortan el suministro eléctrico, después hacen subir el nivel del mar para que devore las ciudades costeras; la tercera ola es una terrible plaga en forma de peste que diezma la población de manera dramática. En la cuarta, los visitantes se infiltran entre los humanos, intentando terminar con lo poco que queda ya de humano entre la población nativa: la confianza y la fe. Pero la quinta ola va a ser la más espeluznante, y antes de su inicio conocemos a Cassie y a su familia, o a lo que queda de ella: su padre y su hermano pequeño, Sam.
Cuando los militares se llevan a Sam y Cassie ve cómo liquidan sin contemplaciones a todos los adultos del campo de refugiados en el que vivía, entre ellos a su padre, no tiene más remedio que ser valiente y viajar hacia la base militar donde tienen a Sam, para intentar rescatarlo. En ese viaje conocerá a otro de los protagonistas de la saga, al misterioso Evan Walker, uno de los personajes que más molan. Paralelamente, Sam está siendo entrenado por el ejército para formar parte de una patrulla que saldrá a matar extraterrestres… o eso creen. En ese batallón del que forma parte está Ben Parish, un compañero de instituto de Cassie del que ella siempre ha estado enamorada. También están Hacha, una muchacha dura y letal, y Tacita, una mocosa que duerme pegada a su fusil, entre otros personajes. Y en el epicentro, Vosch, el coronel de la base militar Wright-Patterson, la figura paterna a la que se aferran todos esos niños y adolescentes perdidos en ese mundo de horror y muerte en que se ha convertido la Tierra.
La quinta ola se lee de un tirón, y deja con ganas de abrir inmediatamente la segunda parte de la trilogía, El mar infinito. Es una novela que os gustará si os gusta Stephen King, pues el estilo me ha resultado muy parecido, sobre todo la brusquedad con que el autor nos muestra el interior de sus personajes. Yancey escoge que sean los personajes los que cuenten la historia en primera persona, lo que es un acierto, porque consigue que los comprendas, aunque en ocasiones te resulten bastante cargantes, como Cassie, una adolescente típica, con sus dudas, sus miedos y sus complejos. La quinta ola no va a pasar a la historia como una gran novela, pero sí como una obra muy decente, bien escrita y, sobre todo, bien desarrollada.
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