«Alex» (2011). Pierre Lemaitre.
Han pasado varios años desde el terrible desenlace del caso que el comandante Camille Verhoeven investigó en la novela Irène, que ha destrozado toda su vida (tranquilos, no destriparé nada de ese final). Verhoeven vuelve a la brigada herido, maltrecho y se enfrenta a la desaparición de una mujer, Alex.
Irène ha sido una de las novelas de género negro que más me han gustado en mucho tiempo, y pensé que era imposible superarla… pero Lemaitre lo consigue con la segunda parte de esta serie de cuatro novelas centradas en el bajito y peculiar comandante francés.
La investigación nos va adentrando en una trama descarnada, violenta, terrible. Vamos planeando sobre ella siguiendo el trabajo de Verhoeven y los pensamientos de Alex, la mujer desaparecida. Es todo tan terrible, tan truculento y, sin embargo, el autor nos guía tan bien a través de toda la historia que, por momentos, el dolor traspasa las letras para aferrarse a ti. ¡Qué capacidad tiene este escritor de encadenarnos a sus personajes!
El juego entre quiénes son los buenos y quiénes los malos es impresionante en esta novela. De hecho, y sin desvelar nada, creo que casi todos los lectores terminamos entendiendo al personaje aparentemente «malo», solidarizándonos con él y deseando que al final consiga esa justicia pervertida que busca durante toda la novela.